El clásico de cartas del tarot que representa al emperador lo muestra sentado en un trono decorado con cabezas de carnero, que son los símbolos de los dioses el Aries y Marte.
En una mano sostiene un ankh, el símbolo egipcio de la vida. En la otra sostiene un globo, lo que supone su control sobre el mundo físico. Cuando el emperador aparece en una lectura, que representa la autoridad y el dominio de sí mismo, sobre todo en cuanto a lo que es concreto. Si el objetivo de la asignatura se basaba en algo sólido, se puede lograr, dice el Emperador.
Cuando esta carta aparece, significa que lo que viene camino del sujeto debe ser aceptada ya que aportará un gran éxito.
El clásico de cartas del tarot que representa al emperador lo muestra sentado en un trono decorado con cabezas de carnero, que son los símbolos de los dioses el Aries y Marte.
En una mano sostiene un ankh, el símbolo egipcio de la vida. En la otra sostiene un globo, lo que supone su control sobre el mundo físico. Cuando el emperador aparece en una lectura, que representa la autoridad y el dominio de sí mismo, sobre todo en cuanto a lo que es concreto. Si el objetivo de la asignatura se basaba en algo sólido, se puede lograr, dice el Emperador.
Cuando esta carta aparece, significa que lo que viene camino del sujeto debe ser aceptada ya que aportará un gran éxito.
Viril, fuerte y entusiasta, el emperador – el carnero Aries – es un niño entusiasta y voluntaria de muchas maneras. Él es enérgico y directo en sus tratos, y pueden pisotear los sentimientos de la gente con su hospitalización, exigiendo comportamiento. En una luz positiva, el Emperador representa unos líderes fuertes e irresistibles cuyo trono es la base de la fuerza y?la sabiduría. Pero también representa la responsabilidad y la personalidad inquieta, exigente que puede surgir cuando uno se siente atrapado por las circunstancias.
Símbolo del Emperador es el sol, que ilumina y da energía a todo lo que brilla sobre. De hecho, en algunos aspectos, el Emperador es un sol, con todo lo demás que orbita a su alrededor. Como hijo de Aries, el carnero, es el principal impulsor y agitador del Tarot.
Aries es el primer signo del zodíaco, el segmento inicial de la división del tiempo lineal. En la mayoría de las tarjetas, se sienta en un trono de piedra, con los brazos y las piernas en un ángulo que crea un triángulo, que el signo alquímico del azufre – conocida por los antiguos como \»la piedra que arde\», y se refiere en la Biblia como azufre.
Su posición también es la número cuatro, el orden de su tarjeta en el Tarot y considerado por los numerólogos que representa la estabilidad y el orden.
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