Cada uno decide qué desea o puede recibir de su experiencia con el Tarot. Nadie tiene derecho a imponer sus opiniones sobre los demás, y a este respecto el profesional del Tarot puede fácilmente cometer el error de abandonar el puesto de piloto de la embarcación para convertirse en capitán, desestimando la responsabilidad del consultante de asumir el control de su propia vida. El Tarot es una energía que sólo sugiere, sin insistir, que el consultante suba su equipaje a bordo y actúe sobre él. El Tarot no siempre muestra lo que ocurre realmente en la vida de una persona. Más bien tiende a exhibir aquello que el consultante debe hacer, destacando un área concreta de su vida y guiándolo hasta un punto en que pueda observarla y, con suerte, resolverla.
La lectura de una tirada del tarot, y la intuición
Al principio, realice la lectura de la tirada de forma sistemática hasta que tenga la sensación de que todo encaja. Recuerde que la tirada puede, aparentemente, mostrar incongruencias. Esto se debe, por un lado, a que la vida de las personas está llena de contradicciones. Por otro lado, tendrá que aprender a «armonizar» la lectura para hacer que todo encaje.
Déjese llevar por la intuición y no intente aplicar el significado de las cartas al pie de la letra. Procure adquirir una sensación «general» de cada carta y deje que esa sensación lo guíe a lo largo de la lectura. Recuerde, asimismo, que el perfeccionamiento en el arte de la lectura de tarot exige cierto tiempo. Aunque puede aprenderse en un período breve, probablemente necesitará un tiempo para encontrarse cómodo con él.
Así pues, no permita que la impresión de que ha de obrar de acuerdo con ciertas normas lo lleve a ser demasiado crítico con sus logros, Espere con calma y actué pronto.
Deja una respuesta